jueves, 25 de abril de 2013

Empanadas

Deme dos empanadas de chorizo.
Le dije a la vendedora de empanadas.
Dos empanadas doraditas
rellenas de jugosos trozos de chorizo.
Mi suculento desayuno.
En tres mordiscos ya habían desaparecido.

Deme otra empanada de chorizo, ¡por favor!

Y al primer mordisco

y de la pulpa sustanciosa de mi empanada,
el pequeño destello verde iridiscente
del cadáver de una mosca ahogada en la grasa.

Así también,
me repugna la social democracia.



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