Yo
tengo
un
pedazo
de
ti
atascado
en
mi
cráneo.
Me
sacudo
y
luego
queda
retumbando
un
tango
de
Gardel
detrás
de
mis
ojos.
Me
aprieto
las
sienes
para
palpar
el
pedazo
de
ti
y
no
lo
consigo.
Creo
que
está
atascado
entre
los
parietales.
He
consultado
a
neurocirujanos
y
psiquiatras
y
no
dan
con
ese
trozo
de ti.
Dicen
que
en
mi
cabeza
no
hay
más
que
planetas
azules
y
monociclistas
de
circo.
Que
estoy
sano.
Pero
Coño!
Cómo
va
a
estar sano
alguien
con
el
pedacito
de
una
muchacha
dentro
del
cráneo?
Ni
siquiera
sé
si
es
una pestaña
intrusa,
un
aroma
blanco
o
una
palabra
en
el
tono
de
su
voz.
Decidí
lanzarme
de
cabeza
al
suelo
desde
la
azotea
de
mi casa
y
vi
como
el
pedazo
de
ti
salió
rodando
de
mi
cráneo
como
una
canica.
¡Plim!
Chocó
con
una
roca
y
la
piedra
voló.
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